
Como nuevo miembro del mundo bloggero no tengo más remedio que sumarme a las reivindicaciones que, como una mecha, han recorrido estos días la red, y manifestar mi más profundo apoyo a todos los que defienden la libertad en internet, y mi más profundo desprecio a todos los que intentan, enarbolando la bandera de la propiedad intelectual, poner un cerrojo institucional, sin pasar por control judicial alguno (mediante un perturbador quiebro legal), a todo lo que significa internet para la sociedad actual, aunque intenten enmascararlo de defensa de la creación cultural nacional, ya que, como leí recientemente en otro blog, el camino del infierno está empedrado con las mejores intenciones.